Por Marta Lorente
A mediados del XIX, nuestro planeta estaba aún por explorar, pero entre todos los lugares ignotos destacaba el Polo Norte. El punto más septentrional del planeta atraía a los hombres más que a las agujas magnetizadas. Una región helada, inaccesible, despoblada, sin vegetación, sin caza, sin refugios, un lugar vacío de todo. Un lugar donde la vida se antojaba imposible. Un lugar desconocido, misterioso, oculto siempre a los ojos de los hombres. Ser el primero en …
El primer ministro cubano Fidel Castro, en el centro, y el misionero indio de Oklahoma Creek, W.A. Reiford, llevan penachos de guerra, el 17 de julio de 1959, cuando Reiford llegó a La Habana para abrir un orfanato. Reiford lleva también una pipa de la paz. A la izquierda, el capitán Antonio Núñez Jiménez.